Cristo Negro de Portobelo, leyenda y cultura de Panamá

 

Hablar del verdadero patrimonio histórico de nuestra nación es un gran orgullo. Lo esencial es conocer aquellos sitios que una vez le dieron verdadera autenticidad como lo ha sido las Ruinas de Portobelo, quien en 1980, en conjunto con el viejo Fuerte sobre el mar, fue declarado por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad, mientras que la OAS designó Portobelo como Ciudad Monumento de las Américas.

Debido a su papel de puerto internacional, este lugar ha recibido la influencia de muchas culturas diferentes, que ahora se reflejan en sus famosos festivales y celebraciones, como la del Cristo Negro.

Debido a su hermosura, Cristóbal Colón le dio el nombre de San Felipe de Portobelo en 1502, en honor al Rey Felipe II de España. En la época de las colonias españolas, esta ciudad era únicamente accesible vía mar, y representaba el puerto de entrada y salida para toda América.

El Cristo Negro de Portobelo

El Cristo Negro de Portobelo es la imagen de cristo con tez morena ubicado en Portobelo, provincia de Colón. La fe y devoción que manifiesta el pueblo panameño hacia la imagen de este Cristo puede ser evidenciada anualmente cuando, a partir del 15 de octubre, se inician a las expresiones devocionales de los peregrinos que se dirigen a este pueblo pesquero a rendirle culto a la imagen del Nazareno.

Su historia se presenta en variadas leyendas populares que, con el pasar del tiempo, se han afianzado en la cultura de un pueblo que anualmente manifiesta su devoción. Entre estas leyendas, la historia cuenta que “El Nazareno Negro” fue rescatado de las aguas durante una tormenta cerca de la costa de Portobelo cuando una embarcación, tratando de aligerar su peso, fue tirando carga por la borda. Entre esa carga estaba una caja de madera que se filtró con agua salada, cuando esta fue abierta, la imagen de un Cristo Negro causó un gran impacto por la expresión de su rostro y colocación de sus manos como haciendo un pedido.

Otra leyenda dice que unos pescadores encontraron al Cristo dentro de una caja flotando en el mar. Había cólera en Portobelo y los lugareños colocaron la enorme imagen en la iglesia, haciendo que la epidemia cesara de inmediato. Sin embargo, un tercer relato advierte que hubo una equivocación al cambiarse dos imágenes: una de San Pedro, pedida por el párroco de Portobelo y la de un Nazareno para Taboga. Cuando se intentó hacer el cambio, ocurrieron “cosas” que impidieron que la imagen fuese devuelta, así que decidieron cambiarla. ‘En Portobelo te quedaste, como signo de tu amor…’, dice el estribillo de las alabanzas dedicadas al Nazareno.

Para honrar las acciones milagrosas del Cristo Negro, se celebra una procesión cada 21 de octubre. Durante la procesión, los peregrinos recorren varios kilómetros con túnicas ceremoniales y caminan hasta la iglesia en honor a la figura de Cristo. Al Cristo Negro se le cambia la ropa y se le lleva sobre los hombros de los agradecidos fieles a través de una corta distancia, representando el camino que recorrió arrastrándose desde el mar. Durante el Festival del Cristo Negro, miles de peregrinos arriban a Portobelo en una atmósfera que mezcla de fervor religioso y la festividad.